El segundo día es un poco feo, hay poco camino y mucha carretera hasta cruzar Sevilla, el trayecto es alegre, en las carretas cantamos, reimos se cuentan anécdotas de otros años, a la hora de comer nos adentramos en el camino dirección Coría del Río, donde uncimos los bueyes al Simpecado y empieza el auténtico camino, el verdadero peregrinar, no podemos demorarnos, tenemos que llegar a la hora indicada para coger la barcaza y cruzar el río, ya en Coría vamos a la Iglesia Parroquial Nuestra Señora de la Estrella; en la iglesia nos espera una representacion de la Hermandad del Rocío de Coría, hacemos los saludos de rigor y despues de rezar la salve, hacemos la "pará" para comer y sestear.
Ya un poco descansados nos encaminamos dirección a los pinares para pernoctar.
Nuestra primera noche en el camino, particularmente es la noche más bonita, la primera candela, el primer rosario los primeros cantes y bailes, la primera "madrugá" y las fuerzas enteras para afrontar lo que viene.
Una noche en el camino
yo no la cambio por "ná"
aunque se venga "cansao"
por el pesado arenal.
Y a la luz de las estrellas
"arrimao" a la candela
me dan ganas de cantar
una noche en el camino
yo no la cambio por "ná"
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